Beirut, 22 sep (EFE).- Los bombardeos de la coalición internacional liderada por EEUU han asestado golpes importantes al grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Siria en el último año, aunque aún parece lejano el fin de los yihadistas, que se mantienen fuertes sobre el terreno.
La noche del 22 al 23 de septiembre de 2014 el portavoz del Pentágono, el contralmirante John Kirby, anunciaba el comienzo de los ataques de EEUU y otros países aliados contra la organización terrorista en el territorio sirio, empleando una combinación de cazas, bombarderos y misiles Tomahawk.
Su primer objetivo fue “la capital” del califato del EI en Siria, la ciudad de Al Raqa, en el noreste.
Para Abu Mohamed, activista del grupo “Al Raqa está siendo masacrada en silencio”, los bombardeos “fueron útiles al principio y también ahora. Al comienzo tuvieron un gran impacto entre los seguidores del EI, mientras que recientemente han tenido como objetivo algunos de sus emires importantes e influyentes”.
Sin embargo, “como campaña internacional no creo que hasta la fecha haya alcanzado resultados”, opinó en declaraciones a Efe por internet.
La campaña se desencadenó tras la declaración de un califato por parte de los yihadistas en Siria e Irak a finales de junio del año pasado, y a su inicio contribuyó la alarma internacional ante las atrocidades cometidas por el EI, como las decapitaciones de extranjeros, entre ellos estadounidenses.
Según el último recuento de víctimas, ofrecido en agosto por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un total de 3.414 personas, entre ellas 206 civiles, han muerto por los bombardeos de la coalición en Siria.
La combinación de ataques aéreos y ofensiva por tierra de las fuerzas kurdas han hecho que el EI se repliegue de áreas en el norte de Alepo, Al Raqa y Al Hasaka en los últimos meses.
No obstante, el EI ha seguido extendiéndose hacia el sur, donde tomó en mayo la localidad monumental de Palmira, en el desierto central sirio, y otras áreas.
“Los bombardeos han ayudado a avanzar a las fuerzas kurdas y han permitido infligir al EI importantes derrotas en las zonas kurdas”, dijo a Efe por internet el portavoz de las milicias kurdosirias, Unidades de Protección del Pueblo, Ridor Jalil.
Este comandante calificó de “excelente y fuerte” la cooperación y coordinación con la alianza internacional, que se lleva a cabo de forma “directa” a través de una sala de operaciones conjunta, desde la que se planifican los ataques.
“Esta colaboración entre las fuerzas kurdas y la coalición debería continuar, y de hecho debería aumentar”, consideró.
Aun así, Jalil cree que el EI sigue representando un peligro importante porque controla una amplia superficie en Siria e Irak, así como importantes recursos energéticos.
“Hasta ahora no ha habido nadie que tenga una visión para solucionar este problema y actualmente no hay otra opción más que la militar”, lamentó.
De la misma opinión es el experto del centro de estudios Carnegie de Oriente Medio de Beirut Yezid Sayigh, para quien Washington carece de una estrategia para eliminar al EI.
“EEUU comenzó los bombardeos porque tenía que aparentar que estaba haciendo algo; esto ha sido más una operación de relaciones públicas”, destacó a Efe.
El aniversario del inicio de los ataques aéreos coincide con las conversaciones mantenidas entre las autoridades estadounidenses y rusas sobre el despliegue militar de Rusia, aliada del régimen de Bachar al Asad, en Siria.
El Pentágono ha explicado que ese diálogo ha sido para transmitir a Rusia que “acabar con el Estado Islámico y asegurar una transición política son objetivos que deben ser perseguidos al mismo tiempo”.
Sayigh descartó que estas conversaciones vayan a cambiar nada, “no tendrán resultados inmediatos (en la lucha contra el EI), primero EEUU y Rusia deben llegar a un acuerdo y estos contactos han sido a bajo nivel”.
Un año después de su comienzo, los bombardeos se han revelado como un instrumento útil para dañar al EI, pero no para acabar con él de forma definitiva.
Abu Mohamed subrayó que “aunque los ataques aéreos duraran diez años con la misma intensidad no se derrotaría al ‘Daesh’ (acrónimo en árabe del Estado Islámico). La forma de vencerlo es sobre el terreno, ideológicamente y en los medios de comunicación, no solo militarmente”.
Y es que “el Daesh y organizaciones similares son ideología, y esta no muere con las armas”, concluyó. EFE
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